La complejidad es el desafío, no la respuesta.... Morin, E.

viernes, 6 de mayo de 2011

Cátedra 5 de Mayo 2011

Fundación de Ciudades: ¿Todo Territorio se resiste al cambio?

Para comprender el funcionamiento de la ciudad la que según mi pensamiento, en muchas ocasiones arrasa con todo, con sus tradiciones de vida, los deseos de sus habitantes y la que menos estará en concordancia con la naturaleza, la actual administración nacional tendrá su concepción en hechos relevantes en el proceso de la fundación de ciudades, para ello,  me basaré en una cátedra en la cual se explicó a grandes rasgos los principales hitos que permitieron su desarrollo para luego ir argumentando la realidad urbana y aproximarla al principio de complejidad para un manejo sustentable y eficaz del territorio urbano-rural, como un todo, como un sistema.

Para comenzar cabe mencionar que toda estructura territorial está basada en un modelo, que para América Latina corresponde al modelo de fundación de ciudades, como una estrategia fundamental para controlar amplios terrenos, cuyos objetivos se basaban en los principios de defensa, a través de una traza urbana con calles rectas, optimizando el espacio; un modo de organizar las funciones administrativas (cívica, religiosa, terrenal), prospección y la expansión del territorio.


Siendo Chile, en el periodo colonial un mundo marcado por el espacio rural, con una gran presencia de haciendas y estancias donde los únicos centros importantes eran La Serena al norte, Santiago y Valparaíso en la zona central, Concepción y Chillán al sur, ocurrió una importante transformación dando pie a la fundación de villas de la mano con una legalidad muy estricta y levantándose actas de todos los acontecimientos que ocurrieran con el repartimiento de tierras de quienes acompañaban al fundador para la construcción de sus viviendas, con el objetivo de reorganizar el territorio establecida por medio de 4 solares (solar: unidad mínima territorial), es decir, un cuarto de manzana, distribuidos para las casas de las familias, de acuerdo con el estatus del individuo. 
Se destinaron las manzanas centrales para la construcción y constitución de la Plaza Mayor, Iglesia y el Cabildo; en que  también se proyectaba un espacio libre llamado ejido para la previsión a su desarrollo futuro, seguido de las chacras que consistía en un espacio de más de 10 hás, dedicadas a tierras de labranza o cultivo de mayores extensiones y lugar de descanso para los animales de trabajo. Sucesos que dieron paso a la creación del latifundio y así, de la encomienda (resguardo indígena) por medio de los inquilinos.
Por otra parte, la Plaza de Armas, constituía el corazón de la ciudad que definía su condición que para ese entonces correspondía a una “ciudad castrense”, dejándo de serlo con la aparición de la Burguesía que genera una cierta libertad, donde la funcionalidad de la plaza de armas cambia hacia el siglo XIX a una actividad vecinal y adaptable a diversas situaciones, como a juegos, espacio para alarde militar o para el desarrollo de un cabildo (funcionarios designados por el fundador el mismo día de la fundación de la ciudad) abierto, lugar donde se celebraban ceremonias, principalmente religiosas, entre otras.
La ciudad adopta un cierto equilibrio con la presencia de la elite por una parte, los “populachos” y la burguesía. Perdiendo las antiguas unidades territoriales, solar, chacra y ejido.                 

Este cambio produjo una serie de problemas, uno de ellos fue la migración campo-ciudad, que no quiere decir que la “migración” sea un problema, sino que las condiciones en que residían aquellas personas (inquilinos) eran paupérrimas, produciéndose en la ciudad una “topología médica”, en que el médico es el que manejaba la ciudad, trayendo consigo a que la ciudad se entendiera como un organismo, como se debiese entender en la actualidad, con arterias, áreas verdes y una serie de sistemas que no deben subposicionarse el uno sobre el otro.
Fue hacia 1920 en que los médicos abandonan el territorio debido a que se dan cuenta que la ciudad no es la que genera las enfermedades, naciendo una nueva concepción el de “ciudad equipamiento”, con más cultura cívica, separándose de la iglesia, el Estado comienza a beneficiar a los habitantes.


A pesar de estos acontecimientos, el objetivo de la fundación nunca fue el deseo de “urbanizar”, ya que se trata de un concepto moderno, fue con la llegada de Balmaceda que nacen la inspiración de construir infraestructura, poniendo en aprietos a los latifundistas por el poderío de las tierras y la influencia de éstas construcciones, de esta manera la ciudad se zonifica a partir de la idea de los “urbanistas” como ciudad para vivir, trabajar, esparcirse y circular, dividiendo la ciudad en áreas verdes, zonas industriales, redes y espacios residenciales, trayendo consigo que todas las comunas a partir de 1960 cayeran en la torpeza de zonificación o división  con ciertos grados de homogenización... como veremos:


(el territorio vale más siendo heterogéneo).












Bibliografía:


Memoria chilena. Portal de la Cultura de Chile. "Fundación de ciudades: Siglo XVIII" [en línea]. Fecha desconocida [visto el 18 de mayo 2011] Disponible en World Wide Web http://www.memoriachilena.cl/temas/index.asp?id_ut=fundaciondeciudadesenelsigloxviii


Lorenzo, S:, "Concepto y funciones de las villas chilenas del siglo XVIII" (1987). Revista historia. Santiago: Chile, Universitaria.  no. 22.  pp. 91 - 105. [en línea].  Biblioteca nacional. [visto el 18 de mayo 2011] Documento PDF. Disponible en World Wide Web http://www.memoriachilena.cl/temas/documento_detalle.asp?id=MC0004538


Argentina histórica: "Período hispánico, Fundación de ciudades". [en línea]. Fecha desconocida [visto el 18 de mayo 2011] Disponible en World Wide Web http://argentinahistorica.com.ar/intro_temas.php?tema=15&titulo=6&subtitulo=28

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